El fraude digital, un desafío creciente
El Informe sobre Fraude a Consumidores en España 2024-2025 revela una realidad preocupante: el 90% de los consumidores ha sido objeto de intentos de fraude en el último año. Esta cifra, en aumento frente al 85% del año anterior, refleja la creciente sofisticación de los ciberdelincuentes. Aunque el porcentaje de fraudes consumados ha disminuido del 16% en 2023 al 11% en 2024, el problema sigue afectando significativamente a la sociedad.
El informe Fraude a los Consumidores en España lo realiza AEECF, Asociación Española de Empresas Contra el Fraude
Impacto económico y emocional del fraude
El fraude no solo genera pérdidas financieras, sino también consecuencias emocionales graves. El 45% de las víctimas reporta haber experimentado ansiedad o estrés significativo tras un incidente de fraude, y un 10% necesitó apoyo psicológico. Estos datos subrayan que el impacto del fraude trasciende lo económico, afectando profundamente el bienestar de las personas.
Las cuantías defraudadas: un problema tangible
El informe destaca que el 61% de las víctimas reporta pérdidas inferiores a 500 euros, pero un 12% señala haber perdido más de 5.000 euros. A pesar de los esfuerzos para recuperar el dinero defraudado, el 41% de los afectados no logra recuperar sus fondos, lo que pone de manifiesto la necesidad de políticas más ágiles y eficaces en la restitución de pérdidas.
Principales canales de fraude: SMS y correo electrónico a la cabeza
Los SMS (32%) y el correo electrónico (29%) siguen siendo los vectores más utilizados para el fraude, seguidos de llamadas telefónicas (19%) y aplicaciones de mensajería como WhatsApp (12%). Aunque las redes sociales representan un porcentaje menor (3%), su impacto no debe subestimarse debido a la facilidad con la que los estafadores pueden crear perfiles falsos y difundir enlaces maliciosos.
Estrategias de los estafadores: la suplantación domina
La suplantación de entidades bancarias y de empresas de servicios esenciales representa el 66% de los casos de fraude. Los delincuentes aprovechan la confianza que los consumidores depositan en estas instituciones para obtener credenciales y datos financieros. Por otro lado, las “ofertas irrechazables” y las promociones falsas también son tácticas habituales.
Experiencia en la resolución de casos: un reto para las empresas
El 64% de los consumidores destaca deficiencias en la atención al cliente tras sufrir un fraude. Solo el 36% califica su experiencia como buena, mientras que el resto señala problemas como lentitud en los procesos, falta de comunicación y resoluciones insatisfactorias. Las empresas tienen un largo camino por recorrer para restaurar la confianza de los consumidores.
Herramientas clave para combatir el fraude
El informe identifica varias herramientas esenciales para prevenir el fraude digital:
• Bases de datos compartidas (18%): permiten detectar patrones fraudulentos de manera más eficiente.
• IA y machine learning (10%): útiles para identificar comportamientos anómalos en tiempo real.
• Análisis de dispositivos y biometría del comportamiento (9%): tecnologías avanzadas que mejoran la seguridad.
• Validación de identidad mediante videollamada (6%): refuerza la autenticidad en transacciones de alto valor.
La importancia de la educación y la concienciación
El 23% de los encuestados considera que las campañas educativas son esenciales para prevenir el fraude. Consumidores informados tienen más herramientas para identificar intentos de estafa y protegerse. Además, la formación interna en las empresas (7%) puede reducir los riesgos al dotar a los empleados de conocimientos clave en ciberseguridad.
¿Qué necesitan los consumidores en caso de fraude?
Un 30% de los encuestados valora la atención personalizada con personal especializado como la vía más efectiva para resolver casos de fraude. Le siguen los números telefónicos dedicados (28%) y la información accesible en webs o aplicaciones (24%). Estas preferencias reflejan la necesidad de una atención omnicanal y adaptada a las expectativas de los usuarios.
Hacia un ecosistema digital más seguro
El fraude digital es un problema complejo que requiere soluciones integrales. Las empresas deben invertir en tecnología avanzada, mejorar la atención al cliente y colaborar estrechamente con organismos reguladores. Al mismo tiempo, los consumidores deben adoptar prácticas de seguridad más estrictas y mantenerse informados sobre las tácticas de los ciberdelincuentes. Solo con un esfuerzo conjunto será posible reducir el impacto del fraude y construir un entorno digital más confiable.
Desde Data&Co exponemos y analizamos el informe realizado por AEECF y nos sumamos a la lucha contra el fraude al consumidor en cualquiera de sus vertientes, también la digital.
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